España busca frenar a los compradores extranjeros en medio de la creciente crisis de vivienda

El país, a la cabeza de una crisis habitacional que se extiende por Europa, propone un impuesto del 100 % dirigido a los inversores inmobiliarios extranjeros.

El gobierno español está tomando medidas para limitar las compras de bienes inmuebles por parte de extranjeros y controlar la expansión de los alquileres a corto plazo. Estas acciones forman parte de un paquete de medidas que, según las autoridades, son esenciales para aliviar una crisis habitacional que se ha convertido rápidamente en una de las más graves de Europa.

El primer ministro español, Pedro Sánchez, anunció el miércoles que su gobierno propondrá un impuesto innovador del 100 % sobre la compra de propiedades por parte de compradores fuera de la Unión Europea. Esta medida es parte de un plan más amplio que presentó la semana pasada con el objetivo de calmar las protestas en varias ciudades de España por la falta de viviendas asequibles. Incluso fue más allá el domingo al sugerir una prohibición total de la compra de bienes inmuebles por extranjeros, aunque posteriormente suavizó su postura.

Una crisis compartida con Europa

Mientras que en Estados Unidos los problemas de vivienda asequible han sido una realidad durante años, las principales ciudades europeas enfrentan ahora una crisis similar. En toda la Unión Europea, la vivienda se ha convertido en el mayor gasto de los hogares, con un aumento promedio del 20 % en los alquileres durante la última década. Además, los precios de las viviendas han subido casi un 50 %, el doble de la tasa de crecimiento de los ingresos familiares promedio.

Aunque la intensidad del problema varía según el país, hay factores comunes que lo agravan, como la comercialización de la vivienda y el auge de plataformas de alquiler a corto plazo como Airbnb. También destaca la proliferación de los llamados programas de “visado dorado” en España y países vecinos, que han atraído a compradores interesados en adquirir propiedades a cambio de un permiso de residencia.

A esto se suma la drástica caída en la construcción de viviendas en toda Europa tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que elevó los precios de los materiales de construcción y la energía. Las altas tasas de interés impuestas por el Banco Central Europeo para controlar la inflación también han impactado significativamente los mercados inmobiliarios en toda la región.

España y Europa: una crisis compartida

Desde España hasta Suecia, la escasez de viviendas, combinada con el lento aumento de los salarios, ha dificultado el acceso a viviendas asequibles. La situación es tan grave que Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, nombró recientemente a un comisionado para la vivienda, con la misión de buscar soluciones urgentes a nivel europeo.

En España, el primer ministro Sánchez advirtió que la vivienda representa uno de los mayores riesgos para Europa. “Es uno de los principales desafíos que enfrentan las sociedades europeas, incluida España”, declaró la semana pasada durante una conferencia en Madrid. Subrayó además que la vivienda asequible debe considerarse un “derecho” y un “pilar del estado del bienestar”.